Acá están las calles desnudas

Acá están las calles desnudas
—todas las piedras son signos—
de lo que hablamos
y anduvimos
Cada adoquín pronuncia tu nombre
retumba tu sombra en las callejuelas
en las tercas avenidas
en el sonido catedralicio
¿Son las ciudades
nuestros álbumes fotográficos?
¿Son los paisajes
la escenografía de nuestra memoria?
El viento se repite caprichosamente
v i e n e d e n u e v o (se repite)
Viene de nuevo a ocupar mi cama
me instruye me incita me provoca
Elaireesunadeclaracióndeamorpuestaentuslabios
la ropa sigue siendo el atajo para llegar al placer
y contagiarlo
En este espacio no hay Norma ni Derecho
sólo la imaginación amorosa
sólo las inquietas sombras que me diste
los indecibles hechos en que me amaste
Acá solamente existe y hay la presencia tuya
Los siglos de estas paredes
rezan tus gemidos
la cama vuela magistralmente
se sacude la pereza
de una habitación a otra, de un mundo al otro
Mientras tú gimes
y te das vuelta
para que ame el otro extremo
de la luna
Como si el mar estallara
en olas gigantescas
en agigantadas sombras
y voluminosas aguas
para que unas gotas alcanzaran su presencia
«La luna mojada por el mar» se llamaría
esa imagen de cabecera
De pezón a pezón
nuestro sexo
nuestras lenguas góticas