Como plumas livianas

A Gavita García Vargas, con amor


Como plumas livianas
así tus besos
así tus brazos
como caricias de agua
—potable porque tú la haces posible—
casi nube, casi luz, casi siempre

Porque el amanecer
no es el mismo
sin tu rostro
sin las lágrimas que te brotan
cuando te beso después de mucho tiempo de ausencia

Tu cabello enredado en mis recuerdos
y el pequeño cuerpo que tienes
enredándose como yerba sobre el mío

O tus pisadas ligeras y torpes
danzando por toda la casa en rondines
—cuidando nuestras sombras y pensamientos—

Me impresiona el estoicismo con que nos abrazas
y el coraje que llevas en tus brazos
(Por ti, mis hijos y yo te seguiríamos a la guerra)

Tu mirada, tu esfuerzo, tu inteligencia
son los formas precisas de un quehacer cotidiano
que nos abriga y consuela

Porque tú eres la salvaguarda de este hogar
construido de sueños, de imaginación
porque los que aquí respiramos
vivimos del maíz que tuestas
y del arroz que remojas
para dárnoslo a beber en aguas frescas

Sí, tú, allá, siempre, todo el tiempo
marchando a cuestas con la esperanza
como un principito observando atardeceres
que son la respuesta diaria a tu vocación:
amarnos en la palabra
en la infantil imaginación
en la augusta felicidad de mi ser y de mis seres

Porque tú aunque no quieras
eres nuestro destino
la gran placenta que nos envuelve
el líquido amniótico que nos contiene
que nos da fuerza y calor

Que nos vuelve hombres cada día
(como si a diario nos dieses a luz)
y nos tendieras en tu regazo
y luego nos lanzaras a conquistar el mundo
—con las mochilas a cuestas
y los pantalones sujetos con cinturones de cuero—
desfilando como soldaditos de plomo

Tú que eres franca sonrisa
que llevas un manos libres cuando andas
para poder ocuparte a cada instante
de lo importante, de lo esencial
que son nuestras vidas
en tu presencia

Tú que apenas dejas tiempo para sí misma
que estudias de noche y a las velas
que miras las estrellas como si miraras personas
tú, que sabes de palabras y sonrisas
que eres mayúscula y consonante y vocal
cuando nos ves o nos tocas

Mientras nosotros permanecemos en silencio
en el estado en que nos sentidos supernaturales
y como tú, también miramos a las estrellas
y comenzamos a charlar como si fueran alguien

Y bebemos agua que nos haces y destilas
comemos tus alimentos-rituales y sagrados
nos entregamos al feliz entrenamiento de vivir
con una mujer que nos quiere libres, sin ataduras
porque sabe que no existe peor castigo
que ser prisionero de uno mismo

Nosotros somos libres gracias a ti
que nos abres la puerta todos los días
para que marchemos al destino
a nuestra vocación
que es ser sin que se sepa
porque lo contrario sería faltar a lo más elemental:
a la confianza que has puesto entre nosotros