Uno es
lo que al otro
bajo una silenciada noche
Así perduran los amores
en la fascinación de los rostros
y el encanto
Como dos sombras nos reptamos
debajo del cielo
en que anidaban las miradas
Nos encontramos porque ya nos habíamos soñado
—los sueños anteceden a las fantasías
y sobreviven a la memoria—
A pesar de los siglos y las costumbres
el amor perdura en su infinita agonía
y se vuelve uno y otro
viaja y sale y nos retorna
sí
como retoños o como charcos de agua
No
como soles, sí, eso
así es la finita mirada de tus ojos
chispeante, cristalina
casi agua y verso
y por lo tanto deseo público
casi popular y democrático
como una agigantada maraca que suena y me envuelve, que me agita, que me hace con tu nombre
hombre
con tu tótem como un surfista girando
en el acuoso mareaje
de tus senos diletantes
Uno es la graciosa huída
la herida permanente
el peinado quemado
los hombros destapados
Uno es lo que quiere el otro
sin sus manos, sin su rostro
como labios purgantes
como dedos asesinos
Es que el amor no conoce de autoridades invisibles
el amor es más terreno
es más de necesidad primera
es surco y carbón
se abre y se quema uno
es siempre O casi siempre
la florecida imagen de una paisaje en erupción que nos redime
que insiste a voluntad ajena sacarnos y echarnos para fuera
como si fuéramos intrusos de un paraíso que SE VENDE
o se alquila pero que siempre
no nos dice nada y a cambio nos extiende un pagaré sin fronteras o sin resortes
la puerta de salida está clausurada con cerrojo y todo
sin extintores ni señalética ni sala de espera o de lectura
las curvas siguen siendo peligrosas
y no se adhieren las llantas al pavimento
no sin tu sombra ni tus párpados montañosos
ni los enjambres que son tus manos y el alboroto que hace tu cabello
y el fuego, siempre el juego
de tus manos
Por eso se quema uno
por estar siempre despierto
y siempre arañado
y constantemente expuesto
a la radioactividad
que producen tus poros
y tus pulmones
Y el bullicio que causa
tu sexo en erupción radiante
las cenizas volcánicas
que son la invisible carpa
con que a diario
se cubre el firmamento
tú volcánica
tú pasto calcinado
tú hormiga
tú hacedora de felices horas
de honrosas hechuras
de melodiosos actos
por donde el aire penetra
y me envuelve
y me hace sentir
que aún en el olvido
existe, es cierto
la identidad secreta de las cosas