Nosotros vemos el aroma de tu cuerpo en ámbar
y tu piel la recordamos con cierto tono durazno
Los pensamientos tienen color amarillo
(en realidad son transparentes con filamentos dorados
como si fueran un campo eléctrico agitado)
El amor está coloreado de blanco
la pasión de rojo
la amistad de verde
La alegría sí es azul
los besos son violetas
los abrazos color de rosa
El llanto es gris
las palabras negras
los latidos morados
Los recuerdos aparecen en café y marrón
las nostalgias guindas
las esperas, cuando son placenteras: azules
cuando son de enojo: anaranjadas
Tienes razón con la teoría de los colores:
el mundo se ve más colorido
cuando lo piensas de esta manera
—es música pintada—
Te recuerdo, con un vestido azul
debajo del cielo
como mujer con sombrero
dentro de una portada
Y caminas, y todo se ilumina
con un rayo que te envuelve
en un abanico de azules oceánicos
Mientras yo transcribo:
«Las visiones nocturnas
de un chico en la bahía»
Y el azul del cielo me cobija
y el azul de tus párpados
me penetra, porque la inteligencia
también tiene tonos azules
como tu alegría y el francés que pronuncias